Tres palabras que empiecen por “A”: Autoconcepto, autoestima y araña

Generalmente, los conceptos autoestima y autoconcepto se confunden y se tergiversan.

En psicología, podemos definir el autoconcepto como la percepción de quién y cómo somos, tanto física como psicológicamente. Así, un peque puede pensar: “soy un niño rubio, de ojos azules, con gafas, que se me dan bien las mates y, la mayoría de las veces, soy bueno con mi hermana”.

La autoestima, por su parte, es la valoración que hace cada persona de ese autoconcepto, es decir, si lo aceptamos y nos agrada. Al contrario de lo que dice la cultura popular, no se trata tanto de tener un nivel de autoestima alto, si no de tener una autoestima adecuada, de saber cuáles son nuestras virtudes y qué aspectos debemos mejorar. La importancia de la  autoestima radica en que, el tenerla en unos niveles inadecuados,  supone un factor de vulnerabilidad  asociado a una gran cantidad de trastornos mentales.

En sesiones psicológicas con peques trabajamos para prevenir o intervenir es estos aspectos, a través de dinámicas, actividades y libros que permitan a lxs peques y adolescentes conocerse en profundidad y valorarse como se merecen.

En una sesión con una peque, Cristina ha trabajado su autoconcepto a través de la realización de una araña de papiroflexia, pues para la peque era un reto que quería superar: “Quiero ponerme a prueba y quiero saber si puedo hacerlo”. ¡Y vaya si ha podido! El “verse capaz de hacerlo” ha incidido, de este modo, en su autoestima.